jueves, 15 de enero de 2009

Id... y Predicad el Evangelio... (Mc. 16, 15)

Era la típica mañana de un domingo. Hay un joven, dormido y vencido por el cansancio acumulado durante toda la semana por el arduo trabajo, en la que la voluntad se sobrepuso al agotamiento para cumplir la tarea. Al ver la hora, el sobresalto por llegar tarde lo hizo salir rápidamente de su lecho para prepararse al gran día. Para su consuelo, no corrieron 365 días, por lo que se sentía alegre porque ambas procesiones no estaban tan distantes como en otras ocasiones. Se aseó, se vistió, desayunó antes que todos en su casa, porque sabía que Jesús, ya sobre su trono procesional, lo esperaba. Como no encontró camioneta, emprendió la marcha a pie hasta Santo Domingo, donde al llegar, lo primero que haría, sería ir a ver a "su Jesús", ya listo para iniciar su recorrido procesional, y le agradeció profundamente al Creador, poder estar allí, en ese instante, una vez más en su vida. Con este Nazareno se identificaba, porque con él empezó a cargar en las procesiones "grandes". Antes que cargar en las procesiones de otros templos, preferiría cargar allí. Allí comenzó, y allí esperaba terminar. Recorrió con la vista, el conjunto ornamental del anda. La presencia de la gente, y el vértigo de un segundero en continuo movimiento le indicarían que debía prepararse. Y llegó. Llegó el momento por él ansiado desde siempre. Había sido un año difícil. Dificultades en el estudio, en el trabajo y problemas con algunos que fingieron ser amigos suyos. Pero estaba ahí, y eso era todo lo que le importaba en aquel momento. Al sonar "El silencio", su piel se erizó, puso su mano en el bolillo, y se encomendó a Dios, para, una vez más, ser timonel. Las notas de "Palabra de Dios", lo sobrecogieron. Dio el giro con lentitud hasta dejar atrás el crucero de la basílica y enfilar en la nave central. Por vez primera, sentía dificultad para timonear el mueble… Claro, al principio sería difícil. Pero la experiencia de tantos cortejos ya recorridos en ese puesto le devolvieron la confianza que necesitaba…

Emociones semejantes a la anterior son las que experimenta cada uno de los asociados, cuando cada tercer domingo de Cuaresma, no importando que esté en las calendas de febrero o de marzo, el cortejo de Jesús de la Buena Muerte, recorre las calles una vez más.
Para este año del Señor, 2008, en el cual se conmemora el bicentenario de bendición de la Basílica Dominica, la Asociación de Devotos de Jesús Nazareno de la Buena Muerte plasmó en sus andas el mensaje “Id… y Predicad el Evangelio”, cita tomada de San Marcos, cap. 16, ver. 15, en un artístico homenaje a la labor de los frailes dominicos, desde hace 200 años, y como un recordatorio de la gran misión de todo el pueblo Cristiano: predicar el Evangelio de Jesucristo.
El conjunto ornamental estaba dispuesto de la siguiente manera:
Iniciaba por un querubín, con la rosa náutica a un lado y debajo de él, el lema "Id... y predicad el Evangelio". Seguían 8 molduras de tipo neoclásico en cuya parte anterior, llevaban ilustrados cada uno de los escudos que caracterizan a las diversas entidades agrupadas en el ahora bicentenario templo dominico (Orden de Predicadores, Asociación de Jesús Nazareno, Hermandad del Señor Sepultado, Cofradía del Rosario, etc.) Seguía la imagen de Jesús Nazareno, a cuyos pies permanecían sentados unos infantes con el lema de la orden, "Alabar, Bendecir y Predicar". Por último aparecía un búcaro, de cuya agua (la fe cristiana), bebían niños, tomándola de manos del fundador de la Orden de Predicadores, Santo Domingo de Guzmán y una de las santas más representativas de dicha institución, Santa Rosa de Lima. Todo el conjunto, inspirado en las características arquitectónicas del templo.
El recorrido fue el siguiente: sale del templo, 12 Av., 12 Calle, 5ª. Av., 9ª. Calle, 6ª. Av., 8ª. Calle, 7ª. Av. (S. I. Catedral), 6ª. Calle (Palacio Nacional), 6ª. Av., 5ª. Calle (paso frente a Santa Catalina), 1ª. Av., 3ª. Calle (paso a un costado de La Recolección), 6ta. Av., 2ª. Calle, 9ª. Av., 1ª. Calle, 10a. Av. “A”, (ingreso a zona 2) 4a. calle, 13 Av., 2a. calle, 11 av., (ingresa a zona 1), 11a. Av., 10a. calle, ingreso al Templo.
La gran novedad en este recorrido fue la ampliación del mismo: el paso por Santa Catalina, la primera Avenida, y por el Templo de La Recolección serían los nuevos puntos por los cuales transitaría el cortejo del Nazareno Dominico, adquiriendo un recorrido de mayor extensión en distancia y horario, nuevos devotos, y visitando a una mayor cantidad de feligreses.
Estos “pasos”, no creo serán relegados al olvido, especialmente por circunstancias “históricas”, ya que, tras años de ausencia, un cortejo penitencial dominico llegaría al barrio de la primera avenida y al barrio recoleto. Además, el recibimiento al cortejo por parte de los vecinos residentes en los mencionados sectores, fue muy especial, posiblemente preparado desde el momento en que fueron notificados del paso de Jesús de la Buena Muerte por dicho sector.
Cada año es mayor la cantidad de feligreses y devotos que participa en nuestro cortejo, lo que nos hace ver la importancia del trabajo evangelizador que como Asociación, realizamos a través del cortejo procesional de Jesús Nazareno de la Buena Muerte.


Permite Señor, que tu palabra anide en nuestros corazones, y que podamos ser tus mensajeros, para que la creación conozca tu Evangelio

Guatemala, a los 24 días del mes de febrero de 2008
Juan Carlos Sujuy

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