jueves, 15 de julio de 2010

EL PRIMER TURNO

¡Cuántas preguntas alrededor de algo que para algunos fue ya olvidado!

¿Recuerdas tu primera vez? ¿Con quién fué? ¿Habrá sido acaso, de la mano de tu padre, o de tu hermano? ¿Saludando al sol, arrullándolo, o trasnochando con el níveo satélite?

Ciertamente el recuerdo de la primera vez, está guardado en algún lugar de tu corazón; quizá de el salgan las fuerzas, en momentos de desaliento. O fuente de consuelo, en momentos de sombríos pensamientos.

Bajo la lluvia, bajo el sol; contra un fuerte viento, o con los huesos calados por el frío de la noche (y en algunos casos, casi saludando al día próximo).

¿Serías capaz, de sacrificar tu vivencia, por darle a alguien esa nueva experiencia? Yo sí, y mil veces sí.

En mi caso, con mi hermano compartimos devociones diferentes.

Él, el Calvario. Yo, Santo Domingo.

Ver la ilusión en su rostro, cubierto de cristalinas gotas por la incesante lluvia, me llevó a sacrificar un momento de los más esperados en el año.

¿Por qué no ayudarle?

El hecho de sacrificar mi turno del sepultado dominico, para que, al fin de cuentas, asistiese a una procesión que no satisfacía mis expectativas, no era un planteamiento muy halagüeño que digamos. Difícil decisión al principio, pero pesó más el hecho de que fuera su primera vez.

Ver a tu hermano, cargando por primera vez, en una devoción particular (por el hecho de ser escogida por él, de forma diferente a la devoción que “heredé”), es algo incomparable.

Y algo muy interesante: con lluvia, cansancio, y viento, el turno donde venía cargando, no se “dobló” (y eso que el anda del Calvario no es ligera precisamente).

Para que alguien, de por sí olvidadizo, no arrinconase en un extremo de su memoria, algo tan especial, Dios le deparó un detalle muy especial: la lluvia pertinaz de este Viernes Santo.

No guardará la cartulina (desecha en pedazos por el agua acumulada), pero si la decisión de entrar en las filas de cucuruchos para no salir ya...

Ojalá que esta sea la primera de muchas veces. Y, cuando a alguien tengas que acompañar a su primera vez, no dudes en sacrificar cualquier cosa, por darle esa oportunidad.

A meses de distancia, le dedico estas líneas...